sábado, 16 de febrero de 2019

“Visitas de artistas”



Pasadas las primeras sesiones de toma de contacto con el material que trajese Oscar Vautherin, material por cierto totalmente desconocido en el taller, mimbre, apenas tardaron en aparecer las primeras piezas con fundamento.

A la estructura de partida propuesta por Oscar, consistente en diseñar un esqueleto elemental de aros atravesados por varillas dando como resultado un volumen cilíndrico alargado, se le han fueron añadiendo diversos revestimientos, primero en papel de seda de color, hasta finalmente incorporar retales de tela de un gran paracaídas del ejercito que Oscar trajo consigo.
Es el caso de la pieza de Rubén que figura en primer término, matizada con un punto de color de papel carmesí y amarillo, y las tiras de cinta de carrocero fijando muy despreocupadamente el conjunto de tela. El esqueleto que comenzó reproduciendo el modelo que trajera Oscar, -un pez de grandes dimensiones-, en la última sesión quedó envuelto por la tela de paracaídas convirtiéndose en un volumen abstracto. En una de las fotografía tomadas a Rubén da la impresión de estar sosteniendo en brazos el cuerpo rígido de una mujer.

Y Belén, que a lo largo de las sesiones precedentes se la pasó embebida en un hacer y hacer aros sin parar, acercándose al término de la sesión, compuso el conjunto total de la pieza, una “casa extraña” dijo, al parecer, que se llamaba su pieza, para acabar quedándose en un “gallinero”. Muy probablemente su gallinero sea un adelanto –quién sabe-, de su trabajo en la residencia de artistas a la que está propuesta el próximo mes de mayo, El Arreciado. Una granja en los montes de Toledo, en la que durante una semana los artistas habrán de trabajar con lana esquilada directamente de las ovejas.








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