“Visitas de artistas”
Pasadas
las primeras sesiones de toma de contacto con el material que trajese Oscar
Vautherin, material por cierto totalmente desconocido en el taller, mimbre, apenas
tardaron en aparecer las primeras piezas con fundamento.
A
la estructura de partida propuesta por Oscar, consistente en diseñar un
esqueleto elemental de aros atravesados por varillas dando como resultado un
volumen cilíndrico alargado, se le han fueron añadiendo diversos revestimientos,
primero en papel de seda de color, hasta finalmente incorporar retales de tela
de un gran paracaídas del ejercito que Oscar trajo consigo.
Es
el caso de la pieza de Rubén que figura en primer término, matizada con un
punto de color de papel carmesí y amarillo, y las tiras de cinta de carrocero
fijando muy despreocupadamente el conjunto de tela. El esqueleto que comenzó reproduciendo el modelo
que trajera Oscar, -un pez de grandes dimensiones-, en la última sesión quedó
envuelto por la tela de paracaídas convirtiéndose en un volumen abstracto. En una
de las fotografía tomadas a Rubén da la impresión de estar sosteniendo en
brazos el cuerpo rígido de una mujer.
Y
Belén, que a lo largo de las sesiones precedentes se la pasó embebida en un
hacer y hacer aros sin parar, acercándose al término de la sesión, compuso el
conjunto total de la pieza, una “casa extraña” dijo, al parecer, que se llamaba
su pieza, para acabar quedándose en un “gallinero”. Muy probablemente su
gallinero sea un adelanto –quién sabe-, de su trabajo en la residencia de
artistas a la que está propuesta el próximo mes de mayo, El Arreciado. Una
granja en los montes de Toledo, en la que durante una semana los artistas
habrán de trabajar con lana esquilada directamente de las ovejas.
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